Pies de loto
Por fin es viernes, el día más esperado de la semana para prácticamente todos-as.
Para ser el último hoy decidí mostraros cosas curiosas ( o espantosas, según se mire ) del mundo de la belleza oriental y sus zapatos. Seguramente no lo habréis oído nunca o quizás ya os lo habéis encontrado por la red, de todas maneras resulta impactante a la vez que incomprensible esta historia, jugaz vosotras mismas.
Tengo que decir que nunca he visto una mujer con los pies vendados en ninguna imagen de China ni en las que habitan en nuestro país. Seguramente porque está prohibido y porque me imagino que, si queda alguna, será en la alguna zona rural remota.
Los llamados "Pies de loto", deformados tras un doloroso proceso de vendaje que se iniciaba en la infancia y acababa en la pubertad, eran un símbolo de belleza, erotismo, sumisión y castidad en China.
Los pies de loto no debían sobrepasar los 9 cm de longitud. Debían ser delgados, pequeños, agudos, curvos, fragantes, suaves y simétricos.
El modo de caminar de las mujeres chinas con los pies vendados era considerado tremendamente erótico. Pero también existe la teoría de que los pies femeninos no se vendaban con fines estéticos, sino con el fin de garantizar que las esposas permanecieran aisladas en sus casa y que se comunicaran sólo con su familia. El Confucianismo, con su énfasis en mantener el orden y la castidad dentro de la familia, contribuyó a popularizar esta costumbre tan aberradora.
Los pies de loto no debían sobrepasar los 9 cm de longitud. Debían ser delgados, pequeños, agudos, curvos, fragantes, suaves y simétricos.
El modo de caminar de las mujeres chinas con los pies vendados era considerado tremendamente erótico. Pero también existe la teoría de que los pies femeninos no se vendaban con fines estéticos, sino con el fin de garantizar que las esposas permanecieran aisladas en sus casa y que se comunicaran sólo con su familia. El Confucianismo, con su énfasis en mantener el orden y la castidad dentro de la familia, contribuyó a popularizar esta costumbre tan aberradora.
En cualquier caso, la costumbre se generalizó primero entre las damas de alto rango social, para luego extenderse a otros ámbitos de la sociedad, pasando de un capricho a una terrible imposición. Los pies pequeños eran considerados como la máxima expresión de sensualidad: el encanto por excelencia en una mujer.
Cualquier joven con los pies pequeños tenían las mejores perspectivas de un matrimonio ventajoso y las prostitutas con los pies vendados solían atraer a los clientes más ricos. A las mujeres de las clases trabajadoras no se les vendaban sus pies porque tenían que salir a trabajar. Tampoco los vendaban las mujeres de la etnia Hakka ni las mujeres de la zona de Manchuria.
ORIGEN DE LA COSTUMBRE DE "PIES DE LOTO"
Según una leyenda china del siglo X, el emperador Li Yu ordenó a su concubina favorita vendarse los pies con cintas de seda y bailar sobre una plataforma que tenía esculpida una flor de loto. Lo cierto es que las bailarinas de palacio empezaron a vendar sus pies en el siglo X con el objetivo de destacar la gracia de sus movimientos. De la corte se extendió a las clases altas y en el siglo XVI se popularizó por todo el territorio chino.
Era la madre quien iniciaba el ritual de los pies vendados cuando la hija contaba solamente cinco o seis años, siempre y cuando pudieran permitirse tener una hija sin trabajar fuera de casa.
El vendaje de pies implicaba 4 etapas y su duración era de aproximadamente 3 años:
La primera etapa. Después de consultar a los astros madre e hija se encerraban en la habitación para cortarle la uñas a la niña y vendarle los pies. Los vendajes, después de que fueran apretados, se cosían y se le colocaba a la niña un par de zapatos puntiagudos que se iban cambiando cada dos semanas por otros más pequeños. En esta primera etapa, las niñas podían caminar pero sólo trechos muy cortos.
El vendaje de pies implicaba 4 etapas y su duración era de aproximadamente 3 años:
La primera etapa. Después de consultar a los astros madre e hija se encerraban en la habitación para cortarle la uñas a la niña y vendarle los pies. Los vendajes, después de que fueran apretados, se cosían y se le colocaba a la niña un par de zapatos puntiagudos que se iban cambiando cada dos semanas por otros más pequeños. En esta primera etapa, las niñas podían caminar pero sólo trechos muy cortos.
La segunda etapa que se extendía durante más de medio año. El objetivo en esta etapa era conseguir un pie más fino y estrecho. Durante este tiempo los pies supuraban y soportaban un fuerte dolor. Cada tres días, se retiraban las vendas, se desinfectaban los pies y se volvían a vendar cada vez más fuerte para ir formando la curva deseada.
La tercera etapa que consistía en doblar el talón sobre la planta. Durante esta etapa, los músculos se contraían y la carne se pudría. Los dedos que, en etapas previas se habían doblado sobre la planta, están ahora prácticamente muertos. Especialmente los dedos del pie que se doblaban debajo de la planta. En muchas ocasiones, el dedo meñique podía desprenderse del pie.
La tercera etapa que consistía en doblar el talón sobre la planta. Durante esta etapa, los músculos se contraían y la carne se pudría. Los dedos que, en etapas previas se habían doblado sobre la planta, están ahora prácticamente muertos. Especialmente los dedos del pie que se doblaban debajo de la planta. En muchas ocasiones, el dedo meñique podía desprenderse del pie.
La última etapa. En ella se pretendía aumentar el arco del pié con un bambú tensado. Este proceso llevaba cerca de seis meses.
En 1912, después de la caída de la dinastía Qing, el ejecutivo de la República de China prohibió el vendaje de los pies femeninos. A pesar de la prohibición, se siguió realizando en la clandestinidad especialmente en las zonas montañosas. La prohibición fue más efectiva a partir de 1949 cuando Mao Zedong proclamó la República Popular de China.
Documentación sobre los pies de loto.
"EL ABANICO DE SEDA" de Lisa See
Este estupendo libro, que cuenta la historia de dos amigas -una pobre y otra rica- explica con todo lujo de detalle el proceso de vendaje en la China medieval. Merece la pena leerlo si no lo habéis hecho. "VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE"
de Pearl S. Buck (¡todo un clásico!).
La novela “Viento del Este, Viento del Oeste” de Pearl S. Buck (Premio Nobel de Literatura en 1938) cuenta la historia de una mujer china a la que le vendaron los pies.
La novela “Viento del Este, Viento del Oeste” de Pearl S. Buck (Premio Nobel de Literatura en 1938) cuenta la historia de una mujer china a la que le vendaron los pies.
Fuente: Eva Rodríguez Braña
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